24 de noviembre – 19 hs. CCEBA Paraná 1159
Participan: Mariana Terrón y Matías Heer.

Lecturas a cargo de Antonio Birabent.

Este ciclo se plantea como un punto de encuentro entre poetas de diferentes tendencias, edades y recorridos. Los recitales tendrán una frecuencia mensual y contarán con la presencia de al menos dos poetas: uno de trayectoria reconocida y otro de menor nivel de visibilidad. Ambos leerán fragmentos de su obra y, posteriormente, establecerán un diálogo entre ellos y con el público asistente.

La novedad del ciclo reside en que los poetas que protagonicen cada recital elegirán a su vez a los poetas que participarán en el siguiente encuentro.
Se pretende dar voz a poetas de las diversas tendencias que conforman el panorama actual de la poesía argentina.

Mala noticia de Mariana Terrón

Empezaron a coger en la casa de al lado.
No me da enviadia ni pánico ni me entusiasma
no tendría porqué generarme nada pero
la falta de reacción y la atención que sin embargo
le presto al ah ah ah de la vecina
me preocupan: estoy en un lugar que no es
ningún lugar y cuando vuelvo a la cama donde estoy
encuentro que mi habitación es un desastre
ropa sucia y limpia tirada
tazas usadas
papeles libros y cuadernos
dos computadoras que no andan
cajas de medicamentos que no tomo más.
La vecina sigue ah ah ah y espero que nadie llame por tres días.
(…)

Antes de llegar a la esquina del barrio que empieza en Melián
pensé: no suena acá el megáfono deforme de la provincia
-aunque estemos a dos cuadras de General Paz-
que dice sandia calada, heladeras muebles compro, según el día
sí las risas de unos chicos que juegan con el perro
y llaman a Diego para que vea algo.
Tampoco escucho la moto de Patricia.
(…)

Cada paso por Ramallo hasta Melián empuja.
No llega a ser una barranca pero hay pendiente.
Mientras espero, compro una de medio
pero tomo un poco y me arrepiento porque no es lo que vine a buscar.
Una mano en la cintura y la otra sosteniendo la lata.
Por un lado, la sensación más fuerte del día: se me congelan las yemas.
Por el otro, esta posición con el brazo arqueado y la vista clavada
en la línea de brea que parece derretida pero seguro no está
capaz significa algo: pienso mucho en mí y no llego a ninguna
                                                                                conclusión.
Tengo que hablar y veo a un chico sentado en el umbral de la casa
                                                                                más próxima
mirá, compré esta cerveza pero no la quiero, vos la querés?
Se la doy y le pregunto por Paticia. No la vio.
(…)

Vamos a la pelopincho de Marcos.
Llegamos y el padre nos ofrece vino, Juan dice que sí y yo que no.
Juan se mete en la pileta y yo no.
Marcos putea porque manejó el taxi de mierda como doce horas,
no te quejés no te quejés, grita el padre y Juan lo salpica.
Le digo pará boludo que tengo el porro en el bolsillo
y nos reímos todos.
Pienso: de qué nos estamos riendo? Mejor no pensar.